TENEMOS HISTORIA, PERO SOBRE TODO, TENEMOS HISTORIAS
“Cuando nací en 1975, mi abuela compró mil cipreses diminutos y los plantó por toda la casa. Los únicos que crecieron hasta alcanzar el cielo fueron los del pasillo que ahora dan la bienvenida a todo el que viene a Can Ribas. ¿No es esto mágico? Mi abuela señaló el camino por intuición y fueron estos los únicos que sobrevivieron”.
Esta casa y esta historia también os pertenecen a vosotros, porque no construimos este lugar pensando en hacer bodas, sino que un día alguien quiso casarse aquí y le seguimos la corriente sin saber dónde nos llevaría. Unos os encontrasteis la casa hecha y otros por hacer, pero juntos fuimos construyendo esta historia.
Y por ello, con orgullo, et dic: “casa nostra és casa vostra”.