¡Sí, sí! ¡Casémonos, casémonos, casémonos!
Pero… ¿cuándo?
En invierno, porque el sol es cálido y el ambiente es mágico.
En verano, para poder sacar las sillas y las mesas al jardín y ver el campo.
En invierno, para llevar capa y que quede de cuento.
En verano, que el día es largo y también lo será la fiesta.
En invierno, que veremos la puesta de sol y nos inundará, preciosa, la noche.
En verano, que luciremos lino y faldas cortas.
¿Y en primavera, con el destello del color y la compañía de las brisas? ¿O en otoño, cuando las hojas y sus tonalidades forman ya parte de la escenografía?
¿Cuándo? ¿Cuándo? ¡Qué primera decisión…! No una fecha, será la fecha. Que recordaremos de por vida, que celebraremos con escapadas y flores y algún detallito. Que anotará todo el mundo en la agenda, que se reivindicará en las fotos de instagram con una almohadilla. ¡Qué faena, la fecha!
Tranquilos, os dejamos algunos consejos para que escoger la fecha de la boda sea un poco más sencillo:
- ¡Muy importante! Tened claro que, sea cuando sea, será fantástico. Una fecha es sólo una fecha: será mucho más cuando la hayáis llenado de vuestra vivencia. Sea cual sea, será la más estupenda.
- No hagáis caso de dichas y supersticiones. No hay momentos mejores o peores, ni días ni épocas más o menos señaladas. Las dichas, ¡para dichas quedan! Aunque sí que hay una a la que podéis hacer caso:
En Can Ribas
casarse es bonito todos los días.
- Cada estación con su connotación. Sí, sea cuando sea estará bien, pero también es verdad que cada época conlleva sensaciones propias. Los colores vivos de la primavera o los cálidos del otoño; el calor y la luz de verano o la ternura y la paz del invierno. También la comida puede cambiar en función de la temporada: acabada la ceremonia, ¿os apetecerá más agua de sandía o sopa de calabaza? No hay argumentos que valgan más que el de vuestros gustos y prioridades.
- Pensad en vosotros como pareja: ¿hay alguna fecha que os haga especial ilusión? ¿Algo en vuestra historia que queráis homenajear? El día de la primera cita, aquel viaje que tanto significó. Quizá no es una fecha, si no un mes o una época del año: abril porque fue el mes en que empezasteis a vivir juntos, otoño porque fue cuando la historia empezó a caminar. Quizá es al revés: buscáis un momento que no coincida con nada más, que sea sólo y únicamente la del día de vuestra boda.
- Último punto y más importante: desde el momento en que esté confirmada, ¡disfrutadla!